Era una noche de playa, de esas serenas, donde las parejas se llenan de arena y los chiringuitos se quedan dormidos después de trabajar…bañadores y toallas soñando tendidos en balcones que dan al mar…matrimonios con niños por el paseo marítimo y yo, sentado solito, pensando cómo estaría la gente ahora en la ciudad…yo, por mi parte, muy agustito…hasta que pasó lo que os voy a contar…
De repente, aparece por la orilla no se si un sueño o una maravilla, una chica desnuda y me tuve que pellizcar..”do you speak english?” -le dije-”no me he perdido, tranquilo” me contestó, “soy una sirena, como esas de los cuentos que te contaron, no se si tan guapa como nos pintan, pero como ves no estoy mal…sólo tengo esta noche y antes de que salga el sol tendré que regresar, estas piernas son sólo un regalito temporal”…
Le presté mi camiseta, con la toalla se hizo una falda, fuimos al piso, una amiga le prestó ropa y salimos a navegar por las calles de las que tanto había oído nombrar..” no quiero visitas turísticas “- dijo- “llévame a ver la gente, a ver como ríen, hablan, se enamoran…llévame a bailar…esas cosas con las que sueño en el fondo del mar”
Así que allá nos fuimos, de bares de copas…la música, el ruido y pasaban las horas…y ella estaba como loca de felicidad..
“sólo me falta una cosa y lo sabes” me dijo “que me enseñes a besar”
y en mitad de aquella pista, de esa discoteca, entre guiris tostados y canciones horteras le fui a besar, insensato de mi, porque hay fronteras que no se deben cruzar…